Movimientos en red de tejidos callejeros: entre la resistencia y el mainstream
- Mariely Rivera
- 5 ago
- 3 Min. de lectura
El sentido de cohesión social ha comenzado a ser un catalizador de ambientes de recreación, conversación y paz. Por ejemplo, algunas ciudades en Argentina, Chile, Colombia, Brasil, Perú, México, Panamá, Puerto Rico, Italia, Francia, Inglaterra, España y otros países albergan tejidos callejeros con el propósito de acoger y proteger los espacios públicos. En muchas ocasiones, la exposición visual no expresa directamente la causa representada, alentando al observador a reflexionar y dejar libre alguna emoción. El tejido callejero atrae audiencias intergeneracionales que observan, reflexionan o utilizan el escenario como panorama para la fotografía o toma de video.
Los proyectos pueden ser considerados movimientos en red dado que el sentido de protección de los espacios públicos como epicentro de reflexión y para denunciar acciones puntuales —como la tala de árboles y la construcción masiva, la violencia de género, el acceso a la salud para todas las personas, la educación ciudadana anticorrupción, el desplazamiento comunitario, la libertad de expresión, así como otras consignas— se desplaza a través de una gran red social que conecta desde lo visual y virtual, desvaneciendo las fronteras físicas.
Un cielo tejido sanjuanero

Así las cosas, desde una campaña de posteo en Instagram, llegaba el anuncio de un proyecto visual, realizado por un grupo de participantes en Puerto Rico, y provocó la visita a la calle Toro del Viejo San Juan. Muchos visitantes locales y del extranjero se conglomeraban en el callejón para observar, fotografiar y grabar con sus celulares un hermoso cielo tejido y coloreado con diversas geometrías. Este proyecto, apoyado por el Museo de San Juan, facilitó los encuentros culturales para que la ciudadanía interesada aprendiera a tejer y colaborara con la creación del telar.
A propósito de dar contexto, el arte de tejer es una costumbre prehistórica reflectora de la identidad cultural, las tradiciones y los signos y símbolos que cuentan historias y comunican mensajes de un grupo. Ciertamente, ha evolucionado y se ha anclado una industria, su comercialización ahora parte de la economía mundial capitalista. La industrialización ha transformado la costumbre de tejer y, con ello, ha cambiado la relación entre el tejido y las personas. Se ha constituido como un resguardo para el cuerpo a través de la moda en función de la ropa y los accesorios; como clave térmica para el manejo de las temperaturas climáticas; y para la decoración, usos domésticos y comerciales y ambientaciones.
¿Fusión entre la resistencia y el mainstream?

Se observa un encuentro entre las prácticas de resistencia y del mainstream (tendencias) a través de la comunicación tecnológica como el universo donde cohabitan. Es decir, la esencia de la costumbre de tejer como proceso creativo entre jóvenes y viejos existe por distintos motivos, muchos relacionados a crear conciencia sobre el slow fashion —lo contrario al consumo de ropa de producción acelerada, en cantidades desproporcionadas y a bajo costo— y, por otro lado, a la costumbre de comunicar una causa. Ambas motivaciones están vivas, siendo la fotografía y los videos en interfaz con las redes sociales su medio de divulgación más efectivo. CartelUrbano.com aduce que el tejido callejero formula una relación entre las mujeres y el feminismo con este tipo de labores, y la búsqueda de dignificación y reivindicación de los oficios son otros puntos que determinan el poder de estas acciones.
No obstante, los medios digitales son creaciones en tendencia. Por ello, se ha develado que hay una fusión según los intereses y necesidades de los grupos que las prosumen. Las personas observan el producto tejido en colectivo y han optado por compartir fotografías y videos que motivan a otros individuos a interesarse por la costumbre de tejer, adquirir un producto tejido, o acogerse y defender una causa social. Es así como se reproduce el sentido de conservar y aquilatar el proceso del tejido. El producto final de estas actividades colectivas ha fomentado el uso de los espacios públicos, incidiendo en el disfrute y la observación de las creaciones desarrolladas entre los diversos colectivos.
La geopolítica comunitaria que emana de los tejidos callejeros está adquiriendo nuevos contornos desde su exposición pública y desde la fotografía y el video. Exponer visualmente el proceso del tejido en grupo es una actividad vital e importante para comunicar mensajes desde los movimientos en red. De esta forma, el reclamo por los derechos humanos o el posicionamiento de una discusión social sobre la protección de los espacios públicos y la conservación del medio ambiente, entre otras temáticas, es inherente al tejido del bienestar, la educación ciudadana y la paz.
La autora cuenta con un libro publicado, artículos científicos arbitrados y culmina su tesis doctoral en Comunicación y las comunidades virtuales, economía política de la comunicación, el consumo cultural y socio semiótica de la mediatización.
Comments