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Foto del escritorMariely Rivera-Hernández

La maestría del poder en las OSFL

Actualizado: 28 ene 2022

En tiempos de COVID-19 se manifiestan aires de incertidumbre que hay que enfrentar. En un esfuerzo por contribuir voluntariamente como ente no lucrativo, se generó un piloto a través de un sondeo entre una muestra de líderes de entidades enfocadas en: servicios de salud, bienestar social comunitario, educación, vivienda y desarrollo económico. El objetivo ha sido comunicar información sobre dos aspectos; capacidades y necesidades del ecosistema de las organizaciones sin fines de lucro (OSFL). En el sondeo participaron 110 entidades no lucrativas.


El análisis de los datos ofrecidos acerca de las capacidades de las organizaciones refleja que el 56% están preparadas para ofrecer sus servicios sobre destrezas en organización comunitaria y relaciones con la comunidad por los próximos dieciocho meses. Además, más del 50% de las entidades están listas para ofrecer servicios de apoyo socio-emocional.


Al auscultar necesidades, el 72% comunicó que necesitan equipo de protección para ofrecer los servicios bajo estrictos protocolos de seguridad. También, más del 95% indicó que necesitan otras fuentes de ingreso para identificar o generar fondos. Asimismo, el 71% indicó la necesidad de recibir apoyo en asistencia estratégica para diseñar y redactar propuestas competitivas. Finalmente, el 61% de las entidades están siendo diligentes en leer sobre información de fondos disponibles para ayuda de emergencia. Los datos son clave para entender las problemáticas y establecer un curso de acción.


Ante la pandemia mundial y siendo Puerto Rico una jurisdicción federal que recibe

Art by MRH

aproximadamente 2.2 billones bajo la ley de estímulo económico federal CARES es urgente conocer las capacidades y las necesidades de estas entidades. Según la actualización más reciente de abril de 2020 encomendada a la firma Estudios Técnicos, Puerto Rico cuenta con cerca de 14mil OSFL, no obstante, unas 5,700 representan al segmento de organizaciones comunitarias de impacto social y económico que ofrecen servicios directos.


¿Qué papel tienen las OSFL ante la llegada de estos fondos?, ¿cómo podemos mover el poder para que puedan ser ellas las que administren y rindan cuentas directamente a la fuente financiera federal?


Son varios los grupos interesados o stakeholders que responden a distintos roles dentro de la sociedad. La literatura científica social es amplia en cuanto a estudios sobre el perfil de estos participantes y sus acciones. El denominador común de las investigaciones apunta a que es más efectivo trabajar con acciones concertadas. Sin embargo, hay un eslabón perdido; las relaciones de poder, los privilegios y la opresión. Este fenómeno también se vive entre las OSFL, sus relaciones internas y las que sustentan con otros grupos interesados.


El referente histórico mundial es la inequidad y las relaciones de poder. El poder es un concepto que tiene numerosos significados y es multifacético. Es una relación desigual cuando sujeto X tiene más poder que otro sujeto X.


Entre las definiciones más concretas para entenderlo se perfilan tres aspectos: el poder individual, el colectivo y el institucional. ¿Qué es un privilegio? En un principio o condición de disfrutar derechos especiales.


¿Cuándo hay equidad? Según la experta en políticas sociales de salud, Natalie Burke líder de la entidad CommonHealth Action, “la equidad requiere que se le provea a todas las personas el trato justo y las oportunidades que necesitan para lograr alcanzar su más completo potencial. Y lo justo se sustenta en lo que sea necesario para que esa persona, comunidad o institución lo logre con los mejores resultados posibles”.


Entre las OSFL esta relación de poder está presente. Un sin número de iniciativas se han logrado desde diferentes grupos de entidades. Sin embargo, hace falta conectar esos resultados y llevarlos a un nivel de madurez mayor que requiere erradicar nuestros prejuicios.


La maestría del poder a favor del bien común requiere responsabilidad total del uso de recursos financieros, así como, administrarlos y distribuirlos. Es urgente educar a toda aquella coalición y grupos de comunidades organizadas sobre las buenas prácticas con equidad para aprender a demostrar efectividad y transparencia en los procesos.


Es una sinergia, por un lado, actúan los grupos receptores de donativos o fondos distribuidos a través de propuestas, quienes ejecutan proyectos para atender las necesidades de las poblaciones vulnerables. Por otro lado, reaccionan las entidades que su rol es otorgar los fondos.


Esta relación siempre ha existido. No obstante, en Puerto Rico, a raíz de los desafortunados sucesos de los últimos veintidós meses se han intensificado estas relaciones. Como resultado de ellas, se ha producido una especie de manejo de crisis. Una crisis que tiene raíces muy profundas y que ha sacado a la luz todas las problemáticas que develan la inequidad, las relaciones de poder y el agotamiento del modelo político.


Es por ello que al analizar el ecosistema de las OSFL emerge el tema del poder y los privilegios. Asunto que es importante superar para lograr conectar mejor los resultados de los esfuerzos. En muchas ocasiones el comportamiento reactivo de otorgar fondos por parte de quienes tienen ese rol repercute en dejar a un lado las acciones pensadas estratégicamente y perpetuán la inequidad. Un interesante análisis sobre esto está publicado en la revista Stanford Social Innovation Review del 2018 y argumenta sobre la falta de puntos de conexión para lograr efectividad en el impacto social por parte de los tenedores de fondos.


El poder hay que moverlo entre los grupos líderes y aliados de las entidades sin fines de lucro. Es crucial estratégicamente colocar la responsabilidad directamente en sus manos. Uno de los activos más poderosos son las comunidades, sus equipos líderes y las entidades que han probado transformar el alma de una comunidad o población. Hoy Puerto Rico vive la combinación de secuelas de desastres atmosféricos, fenómenos geológicos y confrontaciones sociales. Es la tormenta perfecta para una disrupción social.


Mariely Rivera-Hernández es la directora ejecutiva y fundadora de ChangeMaker Foundation. Es una emprendedora social creadora de Pivot-ES; podcast para líderes de OSFL y empresas sociales.



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