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Foto del escritorMariely Rivera-Hernández

Intersecciones caribeñas entre los movimientos feministas y los medios digitales

Por Mariely Rivera-Hernández

Investigadora Independiente


Hay un denominador común en la revisión de literatura de los movimientos feministas que desde el análisis latinoamericano se evidencia en el Caribe: las consignas sobre los feminicidios, la violencia de género, el aborto y su legalización y el componente de independencia financiera para las mujeres en función de la experiencia pandémica.

Un informe en el marco del proyecto de investigación regional “Mujeres, género y filantropía en América Latina y el Caribe desarrollado por ELLAS-Mujeres y filantropía ha facilitado conocer lineamientos para exponer esta temática. Las consignas se enmarcan desde el uso y apropiación cultural de lo medios digitales. La investigadora María Canora explica que el video Un violador en tu camino colgado en la plataforma digital YouTube en el 2019, como respuesta a la represión policial hacia manifestantes acerca de la violencia masculina hacia las mujeres, encendió el grito acusatorio contra la impunidad y la complicidad del Estado en Chile. Sin embargo, ese nivel de alcance de consigna en el mundo entero también ha traído controversias según se articulan las narrativas y los discursos en cuanto a los acontecimientos del evento “Me Too” como movimiento de mujeres e influencers -contra el abuso y acoso sexual- que se interconecta a escala mundial. Hay que estudiar más a profundidad los contextos de estos eventos en términos académicos y educarnos. Puesto que se necesitan miradas reflexivas y acciones concretas ancladas en las luchas históricas sobre el aborto libre, la violencia callejera, el incremento de los feminicidios, la brecha salarial y el discrimen por género. Es crucial saber discernir qué es un movimiento de mujeres e influencers y, por otro lado, qué es un movimiento social feminista.


El elemento de la comunicación virtual en función de los medios digitales ha cobrado protagonismo central, con énfasis durante la pandemia por lo que la información, movilización y agendas que se han globalizado contra la lucha en torno al sistema patriarcal, el machismo, la violencia y las muertes de mujeres. Las plataformas sociales como YouTube y miles de páginas web sumado a las redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter, WhatsApp y Blogs han alineado a muchas activistas y activado los movimientos feministas.


La exponenciación de las redes sociales ha incidido en la hibridación de la comunicación. Por ello la respuesta viral que obtuvo el video El violador eres tú convirtió el mensaje en uno aglutinador de las voces feministas a escala global. Esta acción confirma que las redes sociales en interfaz con las plataformas digitales son un actor social muy importante y de alcance en el cruce de fronteras. El alineamiento de la comunicación digital sincrónica con las narrativas de interacción abre puertas de acción social a los movimientos feministas.


En la actualidad hay que sumarle el nuevo evento: la pandemia del Coronavirus y con ello, el incremento en feminicidios, la explotación de las mujeres a nivel laboral, recrudecimiento de la pobreza entre las más marginadas, quintuplicación de roles como individuo, familia, profesión y comunidad haciendo de este escenario uno más desafiante y complejo. Un asunto que observamos se incrementa en la discusión de los movimientos sociales feministas entre Jamaica, Haití, República Dominicana, Venezuela y Puerto Rico y es la agenda de temas sobre afro-descendencia y se inserta como una temática crucial y toma fuerza luego de los eventos más recientes en Estados Unidos y Haití. La comunicación virtual en función de los medios digitales ha desdibujado las fronteras y ya no se puede hablar de movimientos sociales o feministas a nivel local como elementos desconectados del objetivo sobre la equidad de género. El crecimiento vertiginoso de los medios digitales ha afianzado las formas de comunicar y de aprender a modelar procesos de comunicación virtual que conecten a las audiencias de forma ágil y estratégica. La comunicación es vinculante a las redes y las plataformas sociales facilitando la creación de contenido por sus usuarias. Con ello emerge el consumo de la información, los eventos y los acontecimientos en cuestión de un instante.


La presencia de las redes sociales ha facilitado los canales para el financiamiento de los movimientos porque abre la puerta a la creación de campañas digitales para el recaudo como es el caso de Facebook. Por lo tanto, el discurso relevante de los movimientos feministas de los cinco países mencionados son un reflejo sobre lo que informan que realizan las organizaciones no lucrativas y las temáticas que abordan. En este orden resumimos las temáticas por país que encontramos en nuestra investigación:

  • Haití – Feminicidios, Pobreza, Violencia de Género, Salud, Aborto, Educación, Derechos Humanos, Violencia Callejera

  • Jamaica -Feminicidios, Violencia de Género, Participación Política, Derechos Reproductivos, Aborto, Educación, Derechos Humanos, Identidades

  • Puerto Rico – Feminicidios, Aborto Libre, Violencia de Género, Acoso Sexual, Identidades, Derechos Humanos

  • República Dominicana – Feminicidios, Violencia de Género, Derechos Reproductivos, Aborto, Derechos Humanos, Independencia Financiera, Brecha Salarial

  • Venezuela – Feminicidios, Violencia de Género, Derechos Humanos, Pobreza, Salud, Educación. Derechos Reproductivos, Aborto, Violencia Callejera

En términos generales los movimientos feministas son un fenómeno social de masas. Por consiguiente, el fenómeno social sobre los temas de Género cuenta con un activismo férreo y urge la capacitación y formación entre las entidades no lucrativas y movimientos sociales enfocadas en mujeres. El desafío está en transformar la filantropía en función de la gesta de los movimientos feministas. Podemos comenzar por educar acerca de aspectos puntuales como el entendimiento de los medios digitales, su uso responsable y la interseccionalidad con los movimientos sociales feministas.


La autora es investigadora independiente. Este artículo surge como resultado de una investigación regional titulada Mujeres, género y filantropía en América Latina y el Caribe encomendado por ELLAS-Mujeres y Filantropía en el 2022.

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