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Yanellis Guilfuchi Ramos

Experiencias: Mi Súper Abuelo

Desde niña he escuchado a mi alrededor expresiones de mis familiares diciendo, “cuando sea vieja, tú me vas a cuidar, ¿verdad?”.  Meditando en esto, pensé “¿cómo alguien no cuidaría de una persona que ama?”.  Sin embargo, con el paso del tiempo me he percatado que esta es la realidad de muchos ancianos en Puerto Rico. Por lo que, como parte de mi proyecto final para mi curso de Servicio Comunitario, decidí enfocarme en los envejecientes en Puerto Rico. 

Porcentaje de hogares en municipios con al menos una persona de 65 años o mayor.

Según la Organización de las Naciones Unidas[1], “El envejecimiento de la población está por convertirse en una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI”. Se estima que para el 2030, uno de cada seis personas en el mundo tendrá más de 60 años, y se prevé que para el 2050 el número se duplicará, con 2100 millones de envejecientes en el mundo, e incluso será el doble del número de niños menores de cinco años y casi equivalente al número de niños menores de doce años.  Según la Oficina del Censo de los Estados Unidos, la población de Puerto Rico para el 2010 de personas de 60 años o más fueron 760,075, y para el 2019 aumentó a 888,786. A esto se le suma también una disminución en la población de cero a catorce años, representando así un aumento desproporcional de la población de adultos mayores. Por lo tanto, esto cada vez sugiere la urgencia en la mejoría de los servicios que se le brindan a los viejos[2] en la sociedad. En Puerto Rico, se presentó que los adultos mayores tienen mayor dificultad para caminar o subir escaleras, realizar encargos solos, concentrarse o recordar, ver y escuchar. Además, de depresión, soledad, y baja autoestima. Incluyendo también las diversas enfermedades crónicas que han de tener como hipertensión, diabetes, artritis, etcétera.


Por lo tanto, una vez hice esta revisión literaria sobre los envejecientes, específicamente en

Visita a Envejecer en Armonía. Yanellis Guilfuchi junto a Bernis Felix y Marisol Benítez.

Puerto Rico, me di a la tarea, con el apoyo de mi profesora del curso, Mariely Rivera Hernández, en contactar asociaciones y organizaciones sin fines de lucro que trabajaran directamente con adultos mayores. En el transcurso de esta investigación y búsqueda de respuestas, profundicé en el tema y me topé con que hay muchos factores que influyen y afectan la calidad de vida de los envejecientes. Es por esto por lo que decidí aliarme con Envejecer en Armonía, Inc.[3]. Dicha organización opera para la defensa de los derechos humanos de las personas adultas mayores, promoviendo el desarrollo de una vida integral mas plena y digna para ellos. Se fundamenta en la educación, prevención de violencia, cuidado en hogar/hospital, y acompañamiento ofrecido por profesionales.


El día 18 de abril de 2024, Envejecer en Armonía me abrió sus puertas y me brindó la oportunidad de conocer más sobre ellos, su historia, y lo que hacen día a día por el bienestar de los envejecientes. Bernis Felix, directora de la organización, junto a Marisol Benítez, definen el proyecto como como uno humanizante, donde se trabaja desde la compasión el servicio al adulto mayor, trabajando con esa sensibilidad y empatía que conlleva el trabajar con ellos. Tal proyecto surge por la preocupación de Aida Iris Cruz Alicea

Imagen provista por Mildred Reyes, actividad de parranda navideña Voluntades Unidas por la Vejez.

que, enfrentándose a una avanzada edad, se preguntó “Y cuando sea viejita, ¿Quién me va a cuidar?”. Comenzando como un proyecto dirigido a mujeres, fue evolucionando hasta convertirse en una organización inclusiva de ancianos. Poco a poco han recibido la aprobación de diversas propuestas para la comunidad que les han permitido dar servicios dirigidos mediante talleres creativos, participativos, y educativos de prevención de violencia de género y maltrato. También realizan orientaciones sobre leyes que protegen a los envejecientes, adiestramientos para cuidadores, servicios de cuidado en el hogar u hospitales, distribución de artículos de primera necesidad, y servicios de gestoría.


De querer ayudar, la mejor manera es mediante expansión, promoción, y donaciones. Como pampers, compra de alimentos, artículos de higiene personal, entre otras. Tuve la oportunidad de contactar y entrevistar a una de las personas impactadas mediante este servicio, Aida Iris Marrero, quien se enteró de Envejecer en Armonía mediante un anuncio de televisión cuando se encontraba sin nevera luego de 2 meses. Llamó a la alcaldía antes, y no la ayudaban pues decían que no había fondos. Encontró a la organización y los contactó como su último recurso, quienes al día siguiente lograron conseguir una nevera nueva y lista para instalarla en su hogar. Aida Marrero me indicó que vive sola, y no encontraba como resolver ni a nadie que la ayudara, solo Dios, por lo que expresa que “fue un ángel que Dios puso en mi camino”. De igual forma, tuve la oportunidad de entrevistar a Mildred Marrero, quien forma parte del Colectivo Voluntades Unidas por la Vejez de Envejecer en Armonía, quienes en diciembre van voluntarios en una guagua escolar con músicos trovadores que se dedican a llevar parrandas junto con artículos de primera necesidad a distintos barrios de la comunidad, el Hospital Menonita, impactando sobre 650 personas a lo largo de los años. Durante las épocas festivas buscan llevar un rayito de luz para animar a aquellos ancianos que están solos, en abandono familiar, limitaciones económicas, o en un ambiente físico y social hostil.


Finalmente, es importante destacar y reconocer la labor de Envejecer en Armonía y Voluntades Unidas por la Vejez en virtud de la excelente labor con los adultos mayores en Puerto Rico. Y también, por su valentía de seguir enfrentándose a los diversos problemas que pueden presentarse y aun así permanecer. Considero que esta labor es necesaria en el Puerto Rico que vivimos, aprendamos a vivir con empatía, y velar los unos por los otros. Nuestros viejos sienten, padecen y sufren en silencio, y merecen una calidad de vida digna y honrada. Mi exhortación es que podamos cuidar de ellos pues al igual que nosotros, siguen siendo seres humanos valiosos, y no merecen ser rechazados, marginados, o tratarlos como “inservibles”. Para finalizar, me gustaría hacer uso de las palabras de Marisol Benítez, quien me recordó que, con un poco se puede hacer mucho – “cuando puedas, échale un vistazo al vecino mayor, tal vez tiene alguna necesidad y no lo sabemos”. Acerquémonos para hacer el bien, escuchemos y aprendamos de lo mucho que tienen nuestros viejos, y entendamos que servir tiene valor.


Yanellis Guilfuchi Ramos es estudiante de Biología y participante del Programa de Honor de la Universidad de Puerto Rico, Cayey. Como parte de uno de sus cursos universitarios integró a su metodología de investigación el diseño del Canvas Comunitario. Su interés en continuar estudios en medicina y ampliar sus vínculos con la comunidad de adultos mayores.


[1] United Nations. (s. f.). Envejecimiento | Naciones Unidas. https://www.un.org/es/global-issues/ageing 

[2] Viejos: Dicho de un ser vivo: De edad avanzada.

[3] Es una organización sin fines de lucro establecida en Aibonito, P.R. el 4 de agosto de 2010.

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