Las nubes avisaron lluvia, pero no detuvo a los tambores. La Bomba se encendió en la calle Luchetti desde la plaza Antonia Quiñones de Condado en San Juan. Una diversidad de ciudadanos y visitantes fueron llegando con sus sillas y seleccionaban el mejor ángulo para ubicarse. La música comenzó, el ritmo se sentía y los tambores fueron saludados. Caminé entre el público para observar sus movimientos naturales que emergían del contagio sonoro. Bien ha dicho Ángel Quintero Rivera en su libro Cuerpo y Cultura, que estas músicas son rituales de comunicación entre sonido y movimiento: entre toques rítmicos, cantos, repiqueteo de tambor y baile.
La expectación aumentaba y conectaba con el coro que estableció un estribillo tras la repetición melódica al son de la percusión. Una bailadora fue la primera en entrar al Batey. Sus pasos gravitaban hasta que abrió su falda blanca y una convergencia de celulares y cámaras se descubrieron entre una audiencia conectada a sus móviles. Mis observaciones se multiplicaban. Ahora mi mirada era a través de las pequeñas pantallas de celular que me permitieron ver ángulos inimaginables. Estaba ante una gran comunidad presencial y virtual. Fue un efecto automático de muchísimas personas compartiendo la foto vía Facebook e Instagram, acorde con que me acerqué con respeto, lo suficiente para capturar ese detalle.
El ritual simbólico comunicativo de un grupo amplio de espectadores activó la convergencia hacia otro espacio desde donde se conectaba una comunidad virtual. El evento estaba siendo transmitido vía streaming a través de la página de Facebook del grupo Actividades de Bomba en Puerto Rico que comprende de unos 16.3mil miembros. La producción del video era desarrollada por En Mi Patio PR como parte de sus iniciativas en apoyo a la cultura. El encuentro conocido como La Magia de los Tambores producido por la escuela de Bomba y Plena Doña Caridad Brenes de Cepeda, te invitaba a compartir desde la virtualidad visibilizando la puesta del espectáculo.
Hubo un asunto narrativo destacable, por ejemplo, el comentario de la presentadora subrayando de que el evento era uno de carácter cultural y no un evento con otros matices o intereses. No fue directa explicando lo que quería decir acerca de “matices o intereses”. Sin embargo, deduzco que deseaba recalcar que la Bomba era para todas las personas sin que se circunscribiera a que el municipio de San Juan era su auspiciador principal. Otro momento interesante, se intensificó cuando la presentadora compartió datos históricos acerca de la Bomba con el público. Se repitió el acto de consumo cultural entre los espectadores desde su uso de los celulares. Esta vez grabando en video aficionado para registrar la voz y la información provista. A propósito de datos relevantes, en Puerto Rico el 91% de la población tiene acceso a internet, en cuyo caso, destaco que la red social de Facebook ocupa un 61% de frecuencia de uso, según el informe del Puerto Rico Digital Trends Study, 2023.
Me pregunté si lo que estaba experimentando era activismo cultural, considerando que era espectadora de un encuentro cultural desde donde se producían contenidos digitales para integrar a una comunidad virtual. Como investigadora, repasé la identificación de las características del activismo cultural y en efecto, la integración narrativa de la presentadora y la fusión de los bailadores con los contenidos sonoros cantados marcado por los tambores, aludió a reconocer identidades, prácticas culturales, tecno consumo, audiencias, posfandums, entre otras. He aquí donde se amplió mi reflexión y recordé a Henry Jenkins quien define fandums como, aquellos que crean estructuras sociales y prácticas culturales formuladas por consumidores que se convierten en seguidores y su apasionamiento contribuye a la creación propia de los medios de masa. En este caso los consideré
posfandums, porque casi todos grababan desde sus dispositivos y es eso lo que le da formalidad al posfandum. Ciertamente, entre una noche mágica donde el ritmo me contagiaba, observaba, tomaba nota, retrataba y grababa, fue franco el reconocimiento de que yo también soy posfandum.
Mariely Rivera-Hernández- La autora es investigadora independiente, educadora, podcaster y fundadora de ChangeMaker Foundation.
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