En muchos de los ámbitos del trabajo resuenan los términos de equidad, inclusión y diversidad. Tradicionalmente conocidos desde los ámbitos de los Recursos Humanos siendo aspectos encausados a partir de un marco jurídico creado para regular los escenarios laborales. En tiempos cambiantes esa aplicabilidad es limitada. La pandemia marcó un hito en las vidas humanas y cambió la narrativa de cuán fundamental es la equidad. Una nueva mirada acerca de la operacionalización de la equidad se plantea en la interconexión con la diversidad y la inclusión.
Ciertamente esta visión que exponemos surge del compromiso en ChangeMaker Foundation. Nos consideramos la fundación que educa y modela distintas prácticas de interacción humana que inciden en reconocer que hay conductas aprendidas que se expresan a través de las micro discriminaciones cotidianas. El término micro discriminación está latente en nuestras interacciones sociales. Así las cosas, nuestra aportación siendo parte del ecosistema de entidades sin fines y con fines de lucro, es cerrar la brecha de la inequidad utilizando la tecnología y la transparencia como ejes educativos. Lo estamos haciendo a través de la creación de proyectos digitales, como: el podcast Pivot-ES, la Aceleradora PIVOT, el blog, y un componente de área de investigación y servicios que cuenta con un grupo experto en enseñanza y aprendizaje desde el lente de la equidad para favorecer las iniciativas comunitarias, proyectos organizacionales, empresas sociales e investigaciones independientes. La fundación no trabaja sola, aprende de otros grupos, entre los cuales se erigen, los trabajos de política pública impulsados por el Diversity Council y la práctica de proyectos educativos que imparte Common Health Action,
ambos de impacto en parte de Norteamérica, así como, otros grupos en Latinoamérica y Europa.
En este caminar emprendiendo socialmente, hemos identificado cinco componentes útiles recomendados para atemperar políticas en las entidades, empresas y colectivos de trabajo: la educación, la comunicación, el sentido de pertenencia, el entendimiento sobre la gratificación y, los procesos de reclutamiento. Primero, educar es la clave para ampliar la enseñanza sobre los prejuicios, los juicios, la opresión y los privilegios desde un contexto intergeneracional. Segundo, revisar la comunicación integrada. Es decir que enseñar desde la interseccionalidad ha resultado en la apuesta para la reflexión, incluyendo las temáticas acerca del lenguaje utilizado en la comunicación. Tercero, adiestrar y proveer mentoría sobre cómo poner en acción el sentido de pertenencia dentro de un movimiento, entidad o empresa para que emerja de sus propios participantes las ideas. En cuarto lugar, los temas sobre recompensas se trabajan desde el entendimiento de las gratificaciones y si éstas apelan a las personas. Por último, el componente del reclutamiento ha provocado revisitar los ejercicios de redactar la descripción de tareas y pensar con profundidad que tipo de perfil de líder se necesita en sintonía con el propósito del entorno en que se trabaja.
Lo importante es comenzar a poner en acción la enseñanza. El lente de la equidad se va a ir regulando, nada es estático en tiempos cambiantes. Es vital la actividad de desaprender y aprender justos acercamientos para modelar y nutrir la equidad entre las generaciones de hoy y venideras.
Mariely Rivera-Hernández-La autora es investigadora independiente, educadora, podcaster y fundadora de ChangeMaker Foundation.
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